QUIERO QUE MI HIJO SEA UN GRAN LECTOR
Todas queremos tener hijos lectores, ay que mi hijo
sea súper dotado, súper pilo, mega inteligente, lector, escritor, científico,
etc, pero lo queremos lograr dejando toda su enseñanza en manos del colegio y
el jardín, engañándonos a sí mismas, creyendo que lo que necesitan aprender
esta en las instituciones más costosas por las que nos preocupamos que estudien
y no en su propia casa, mis queridas, lo niños son esponjas que absorben en un
500% y en primera instancia lo que los rodea en su hogar, a pesar de pasar la
mayor parte del día rodeados de grandes gimnasios y mega maestras trilingües o
lo que sea, lo que más impacta su vida, sus neuronas y su ser, somos nosotros,
sus padres, su casa, su hogar, el ejemplo que tienen en casa, de los seres que más
ama y admira, entonces, sí queremos hijos lectores, seamos familias lectoras.
No es fácil, primero debemos romper varios paradigmas,
la duda de saber si están o no preparados para la lectura, la incertidumbre de si les gustará o no, la comodidad de que se duerman con el televisor, la pereza y la indecisión, solo tenemos que tomar la decisión y arrancar, no teman que a los niños les encanta cualquier actividad que
mamá o papá lidere, si papá o mamá dicen “vamos a…”y ese vamos a.. implica, dejar
toda distracción, comprometernos con la actividad, y mostrar el disfrute
conjunto, créanme, los niños son súper receptivos y se involucran,
sencillamente, se sienten atendidos, importantes, acompañados y amados, listo
luego de romper estas creencias equivocadas, vamos a leer cualquier cuento con
ilustraciones a nuestros hijos, les encantan ver las ilustraciones.
Posiblemente, no veamos ningún avance, ni se
conviertan en genios de un día para otro, hasta pensemos que los aburrimos y no
están entendiendo nada de lo que leemos, pero vean que no es así, un día mi hija
me dijo “ahora quiero leer yo”, era una historia sobre las vitaminas y los
minerales (que alimentos los contienen, para que son buenos y de donde
provienen), pues esta criaturita de tres años y medio, perfectamente empezó a
relacionar las imágenes de la vaca con la carne que contiene vitaminas, el
color naranja con la vitamina c que viene en la naranja y termino su historia
con que los minerales y las vitaminas eran para comer y ser saludables.. aa??? Definitivamente
creí en el poder de la lectura, hasta la de dos añitos con su “tata r ata r ata
ta” pasa las hojas del cuento, explicando a su manera que pasa en cada página y
aplaudiendo los colores llamativos, las figuras de su agrado, y ahí está lo
mágico, en la primera infancia el mejor logro, es que lo disfruten, que lo vean
como un tiempo importante de su rutina, un espacio para la imaginación, para el
dialogo e inmersamente llega el aprendizaje, que en medio del disfrute se
vuelve en algo tan sencillo, dinámico y generador de entusiasmo.
Este es un aspecto que amo del jardín de mis hijas,
cada semana, nos envían un libro que debemos leer y comentar con ellas el fin
de semana, sin embargo, para ellas, cualquier cuento, grande chiquito,
colorido, no tanto, lo disfrutan en la compañía de los papitos, por ejemplo, encontré
un cuento viejisimo que hasta yo coloree de pequeña con la poesía de la pobre
viejecita y el rin rin renacuajo de Rafael Pombo, pues este se ha convertido en
el favorito, las rimas, el tono de la voz que cambia cuando habla el renacuajo
o doña gata, les encanta; como el jardín tiene en foque en lectura nos dieron
un material muy bueno para desarrollar estrategias sencillas que fomenten la
lectura en nuestros hijos, y aquí se las comparto:
- Leer en voz alta y acompañar la lectura de una conversación, un comentario sobre la historia y sus personajes., apoyándonos en las ilustraciones.
- Importante que no solo lea mamá, sino que lo haga también papá y si no hay papá el tío, el abuelo y la figura masculina, para que no relacionen la lectura solo como una actividad de mujeres, ya que usualmente les lee la abuela, la mamá o la maestra.
- El lugar y el momento cuentan, acomoda todo para tener un tiempo de calidad, de una lectura agradable, con tiempo disponible, con un lugar cómodo y un momento oportuno, en mi caso, la rutina al llegar a casa es baño, cena, dientes y lectura de cuento para dormir, me desconecto de todo, me sumerjo en el mundo de mis pequeñas y las llevo a lugares inimaginables a los que solo los libros nos pueden llevar, en la cama, cómodamente, arropaditas, arrunchaditas, con una luz acorde y un silencio necesario para la concentración. Lo ideal es por lo menos 15 minutos al día.
- El material recomienda que si tenemos más de un hijo, busquemos dedicar un tiempo especial a cada uno con un tipo de lectura de su preferencia, yo lo he hecho comunitario, primero leo el libro para la edad de Gaby y luego el de la edad de Lucia y ambas lo disfrutan, pero tal vez si tú puedes dividirlo y destinar un tiempo específico para cada hijo, espectacular.
- Tu voz y tus gestos también cuentan: las tonalidades, los gestos, el ritmo de la lectura, la expresividad, el contarles quien escribió el libro, el contacto visual, la interacción (por ejemplo, pedirle a tu pequeño que pase las páginas), etc, son esenciales para el disfrute de la lectura.
- Invítalo a leer: Si tu hijo ya lee por sí solo, invítalo a que te lea, que seas tú quien escuche la historia y la comente con él, no lo regañes ni corrijas, solo escúchalo y conversa, el dialogo desarrollara todos los aspectos que encuentres débiles en su lectura.
- Habla con tus hijos: es esencial, es importantísimo para la estimulación de la lectura, la comprensión y el expresar las sensaciones, sentimientos e ideas que surgen de este ejercicio, preguntarle, comentarle, expresar tus sentimientos para que él o ella tome el modelo y pueda así mismo expresarlo, es sumamente importante.
- Lleva a casa diferente material de lectura, de todo tipo, forma, estilo.
- Anima a tus hijos a construir su propia biblioteca con sus libros favoritos en un sitio especifico de la casa, hasta lo pueden fabricar ustedes mismos con cajas de cartón, con esto se puede hacer de todo.
Y sobre todo, disfrútalo!!!! Con paciencia y cariño lograrás el cometido! Y
dirás orgullosamente, mi hijo es un gran lector, porque fuimos una familia
lectora desde que estuvo en la pancita.
Desde la pancita podemos practicar leer la palabra de Dios, la biblia en alguna versión para niños, son historias cortas que impactan sus vidas, y que a parte de que los motiva a la lectura, los inspira y hace creer su fé.
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