MAYORDOMIA RESPONSABLE SOBRE NUESTRO PLANETA
La
creación de Dios es perfecta, su equilibrio, sus dinámicas son asombrosas, todo
convive en una armonía inexplicable, y a pesar de ello, muchas veces nos
preguntamos porque los terremotos, maremotos, tsunamis etc, y porqué Dios lo
permitió?. Bueno, tenemos que saber que Dios estableció reglas naturales y le
dio libre albedrío al hombre, quien con su intervención en el planeta ha
alterado estas reglas y la misma
naturaleza en su majestuosidad e inteligencia genera eventos que nada tienen que ver con castigos divinos.
En el
último mes he podido aprender un poco más sobre sostenibilidad y sobre la magia
de nuestro maravilloso planeta, y este ha sido un tema que siempre me ha
inquietado, sobre todo el aspecto como la sociedad se involucra y convive en
armonía con su entorno en una relación gana gana, sin embargo, al descubrir
como actualmente los esfuerzos y el lema de la búsqueda de la sostenibilidad en
nuestra ciudad es la palabra resilencia, me surge una reflexión algo
nostálgica, al ver el significado de resilencia, como que ya no podemos
regenerar nuestra ciudad del sobre abuso y explotación de sus recursos, ahora,
lo único y lo mejor que podemos hacer es aprender a convivir con el entorno
actual y propender mantenerlo y no desmejorarlo más, esto es una seria alerta para
nuestras generaciones y para que nos pongamos manos a la obra cuanto antes.
La
pregunta ahora es, qué podemos hacer nosotras, las madres a las que les toco
levantar su generación en este entorno abusado y bajo este ambiente de angustia
mundial?, pensando en ello, veo dos aspectos fundamentales sobre los que
debemos incentivar a nuestros hijos a ser amigables con su entorno social,
ambiental, político, etc, la primera es la palabra de Dios, la segunda es el
ser hacedores de la misma por su supervivencia.
En
cuanto a la palabra de Dios, llevemos a nuestros hijos a reflexionar en ella,
todos los días de su vida, con la palabra se instruirán en conocimiento,
sabiduría y discernimiento para poder filtrar que es cierto y que no de esta
angustia global, también aprenderán las verdades bíblicas que informan de
muchas de las cosas que están sucediendo actualmente, y finalmente podrán
entender que en definitiva, nosotros no
moriremos por falta de agua, ni de ningún recurso, que el dólar suba o baje no
impactará la prosperidad y propósito por el que hemos sido llamados sus hijos,
simplemente porque Dios lo ha prometido (Mt 6:26, Dt. 11:13-15), Él es el único
proveedor y dador de vida, El creó el planeta y por tanto, Él mismo nos ha dado
todas las instrucciones de cómo preservarlo y vivir en armonía con él.
Bajo
esta premisa, también es necesario explicarles que el hombre fue el que se tiró
la creación de Dios, peco, y por eso Dios maldijo la tierra (Génesis 3) por eso
para sobrevivir en este planeta es necesario ejercer mayordomía sobre la tierra
, usarla, trabajarla y explotarla.
Volver
al origen, significa volver al diseño inicial de Dios, donde comeríamos del
trabajo de nuestras manos y de nuestra tierra, la cual esta maldita desde
siempre y por eso debemos trabajarla para obtener nuestro sustento, sin
embargo, existen prácticas que también ha diseñado y mejorado el hombre, ya
bajo una mirada menos avara y más consciente de que su provisión y alimento
viene del trabajo de sus manos sobre la tierra y si se sigue dañándola no
tendrá sobre qué explotar los recursos para su supervivencia, se trata de
ejercer una mayordomía responsable.
Frente
a estas prácticas de mayordomía responsable, hay mucha información al respecto
en internet y a nivel de organizaciones existen muchas iniciativas que impulsan
el cuidado del planeta, tuve oportunidad de leer la iniciativa de Volkswagen,
un libro llamado planeta azul, think blue, en donde hay juegos muy interesantes
y enseñanzas prácticas que van a promover el buen comportamiento y actitud de nuestros
hijos hacia el planeta; de este libro, les comparto las siguientes actividades
sencillas y prácticas que podemos dejar implantadas en la conciencia de
nuestros hijos para el cuidado de su planeta y con esto las motivo a investigar
y seguir aprendiendo de las buenas prácticas que las industrias y las personas
pueden llevar a cabo para aportar su granito de arena, no pretendo con esto
apoyar el stop de las industrias, solo la responsabilidad y cuidado en la
explotación de los recursos para no afectar la calidad de vida del hombre.
- Los residuos especiales como pilas, baterías, botes de pintura, disolventes, juguetes, aceite usado y pequeños electrodomésticos se deben depositar en puntos especiales que se encuentran a lo largo de la ciudad, no se deben disponer igual a los residuos normales del diario vivir en casa.
- Colocar un punto ecológico en casa y aprender a disponer los residuos de manera adecuada, el contenedor azul para para papel y cartón, el verde para el vidrio, el amarillo para envases de plástico, bricks y latas, y el marrón para la materia orgánica, es decir los desperdicios de comida y así.
- Ahorrar consumo energético: Apagar el ordenador y la luz cuando salgan de la habitación, secar la ropa al aire libre en lugar de usar la secadora, utilizar bombillas de bajo consumo o regular la temperatura de la calefacción y del aire acondicionado.
- Cuidar del agua: Cerrar la llave cuando se laven los dientes, ducharse en vez de usar la bañera. No tirar residuos de pintura o disolventes en los desagües donde se pueda contaminar el agua.
- Evitar las bolsas de plástico: Estas tardan cientos de años en descomponerse por lo que pueden contaminar los ríos y mares, mirar alternativas como usar un carrito para el mercado, bolsas biodegradables o de tela.
- Elaborar una huerta en casa: O preferir el consumo de productos de proximidad, es decir, productos que para trasladarse desde su punto de origen hasta el punto de consumo recorran una distancia corta, y así hallan necesitado bajo consumo energético.
Finalmente,
considero que mientras inculquemos en ellos el vivir bajo la palabra de Dios,
sabrán qué hacer ante los retos de supervivencia, de equidad social, de cooperación, de respeto hacia las políticas
establecidas en el territorio que habiten, y serán más que ciudadanos sostenibles,
ciudadanos del cielo con responsabilidad social.
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