¿QUÉ FUE LO QUE ME HICE?

Últimamente muchas personas me dicen que ¿qué me hice?, que ando súper bonita jajaja, modestia aparte, hoy les quiero revelar mis trucos de belleza.

Existe una belleza superficial, que vende el mundo, las revistas, las novelas y las celebrities, por esta belleza lucharemos vidas enteras y jamás será suficiente, porque es una vasija rota, es algo que intentamos llenar y llenar y jamás podremos, simplemente porque nuestro diseño original no habla de esa belleza, la belleza del mundo es una mentira.

Cuando Dios nos creó, la raíz de cómo nos llamó significa suavidad.

He probado lo de vestirme sexy y llamar la atención de los hombres y no resulto, he probado lo del maquillaje, los tacones, la ropa cara y la vida farandulera, no funciono, probé cuanta crema reafirmante, el fútbol, el gimnasio y no me sentía más bella, con las cirugías no fui capaz, pero sí que lo pensé y mucho, probé no ser mujer, ser rockera, amachada, rebelde, y tampoco funciono, esa fue la peor yo creo, toda la ternura y alegría de mi personalidad nunca pego con el estilo nada me importa, oh que mala soy.

Probé ir a donde papá Dios y recibir de su amor, el único realmente suficiente, escucharlo cantar sobre mí, creer que su diseño es el que necesito para servirle y es perfecto y precioso porque me hizo inspirándose en Él mismo, a su imagen y semejanza, y funciono!.

Y ahora como todas las celebritys que andan compartiendo sus tips de belleza y cuanto aguacate en cabeza se les ocurre, les comparto algunos truquillos de belleza divina que me han funcionado a mí y que realmente han re afirmado mis pasos, han adelgazado mi orgullo, han aumentado el tamaño de mi seguridad  y han rebajado todos los kilos de amarguras extra que llevaba encima, en principio quiero hablarles de cuatro tips básicos que sí no consideramos pueden llevarnos a fracasar en nuestra búsqueda por ser bellas.


  1. El corazón alegre. Proverbios 15:13 “El corazón alegre hermosea el rostro; Más por el dolor del corazón el espíritu se abate”. El corazón lo encontramos en el alma, y está compuesto por nuestras emociones y pensamientos, y muchas veces los dos pueden hacer de nosotras una olla a presión o un huracán, cuando pensamos que estamos tristes y aceptamos este pensamiento, luego lo experimentamos como emoción, entristecemos el corazón, el resultado para la cara será fatal, se pondrá flácida, caída y paliducha; cuando al contrario, llegan los pensamientos negativos de tristeza, depresión, amargura, rabia, rencor, envidia, etc, y en vez de dejarlos convertirse en emoción y controlar nuestro cuerpo, se los llevamos a Dios, y optamos por el dominio propio (don del espíritu santo), la cara resplandece, el rostro embellece, es notable ese espíritu que nos habita en nuestra sonrisa y ojos.
  2. Suavidad y ternura. 1 Pedro 3:4 “Que su belleza sea más bien la incorruptible, la que procede de lo íntimo del corazón y consiste en un espíritu suave y apacible. Ésta sí que tiene mucho valor delante de Dios”. La belleza divina consiste en un espíritu suave y apacible, es decir, en reposo, sereno, nada más dañino para nuestra belleza que llegar a casa, encontrar el desorden, la comida regada, olvidar al espíritu santo y comenzar en nuestras propias fuerzas a arreglar todos los asuntos, a gritar, ordenar, estresarnos y amargarnos, ERROR FATAL, esto nos pone feas, feas, horribles, desagradables.
  3. La comparación y la envidia. Salmo 37:1-4 “No te irrites a causa de los impíos ni envidies a los que cometen injusticias;  porque pronto se marchitan, como la hierba; pronto se secan, como el verdor del pasto. Confía en el Señor y haz el bien;  establécete en la tierra y mantente fiel. Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón”. Nada de envidias, nada de comparaciones, esto solo nos llena de amarguras y entristecen el corazón, lo que no es nada bueno para nuestra belleza, si queremos y necesitamos cualquier cosa, Dios conoce esos deseos y necesidades, no necesitamos compararnos ni envidiar lo de nadie, solo es necesario deleitarnos en el señor y El concederá todos nuestros deseos.
  4. Focalízate! Como el amigo del tino. 2 Corintios 4:18 “Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno”. Andar a la moda con Dios es muy fácil, pues sus decretos y palabra no cambian con el tiempo, no tiene temporadas  ni tendencias, es eterna, única e inmutable, no nos dejemos desviar con tanta contaminación, enfocadas en lo eterno nos vemos más bonitas.

Ahora les propongo una rutina básica de belleza diaria, para la cual me ayudaron unos tips que recibí el fin de semana en mi iglesia, lo que me lleva a reflexionar en algo importante, si la iglesia es la esposa de Dios y Dios la ama y se place en sus alabanzas y santidad, vemos como la iglesia es un conglomerado de seres humanos, por lo que veo necesario para el resplandecer de nuestra belleza interior y exterior, el plantarnos en la iglesia, en la casa del padre, no comparándonos, más bien animándonos unas a otras en complacerlo y deleitarlo a Él, amándonos y respetándonos, ayudándonos y apoyándonos, menos mal los utensilios que necesitaremos para la rutina diaria son 100% espirituales en principio, con grandes beneficios físicos, porque así los podemos compartir en el mundo espiritual, orando y pidiéndolos a Dios para  nuestras hermanas, así que puedes usar la rutina para ti y para las personas a tu alrededor.
  1. Crema humectante: Humectar y refrescar la piel en la presencia del señor con oración, orar y entregar al señor todas las cargas, suaviza nuestro rostro, nos renueva las fuerzas, nos llena de energía, nos revitaliza.
  2. Base correctora: Aceptar con obediencia la disciplina del padre, es la base correctora que necesitamos para ir aplacando esos imperfectos que se asoman tan incómodamente, la obediencia nos va perfeccionando, va perfeccionando la buena obra que Dios ha iniciado en nosotras, obedecer a Dios y a las autoridades que Él ha establecido en nuestras vidas.
  3. Pestañina Salmo 34 5 Los que miran a Dios son alumbrados y jamás serán avergonzados. No vamos a mirar el problema, las circunstancias, vamos a mirar a Dios, mientras nuestros ojos estén enfocados en alabarlo y amarlo a Él, tendrán el brillo que necesitan y tendremos la victoria en todos nuestros asuntos.
  4. Labial Adornemos nuestras palabras con sabiduría, con temor del señor, refrenando nuestra lengua de hablar lo malo y solo declarar bendición en nuestro día, esto produce un ambiente de amor, armonía y alegría a nuestro alrededor, seremos visibles y llamaremos la atención por nuestras dulces palabras y no por la fealdad de nuestra falta de dominio propio.
  5. Un adorno, una tiara o corona es renovar nuestra mente diariamente con su palabra, no llenándonos de lo que el mundo diga o nuestros enemigos digan sino con lo que Dios dice de nosotras, coronadas como sus hijas, somos sus princesas, coherederas, justas, santas, precioso tesoro, sabemos lo que Dios dice cuando leemos su palabra, así que necesitamos adornar nuestra mente de biblia.
  6. Al finalizar el día nada mejor que un limpiador facial, el perdón, Efesios 4:31-32 "Abandonen toda amargura, ira  enojo… más bien sean bondadosos,  compasivos unos con otros,  perdónense mutuamente. Así como Dios los perdono a ustedes en Cristo". Dejémosle las cargas a Dios, nosotros perdonemos, entreguemos y bendigamos, El pelea nuestras batallas y siempre es vencedor. Esta limpieza nos permite descansar en paz, con un rostro suave, embellecido y resplandeciente.


Las reto a probar los trucos de belleza del cielo y a gozar la vida abundante que nos promete nuestro buen padre, que a donde lleguemos, nuestra belleza sea tan radiante y profunda que sanemos enfermos, salvemos almas, ocurran milagros, haya multiplicación, provisión, bendición, porque impactamos el mundo con su presencia en nuestro corazón, siendo luz y sal donde sea que estemos. 


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