CERO... UN, DOS, UN DOS...




Sí... Cero… cuando el tiempo se detiene, los pensamientos se bloquean, ese momento, ese instante cero, cuando el silencio invade el lugar, el inevitable suspiro suelta toda el alma en un soplido ininterrumpido, el piso se abre, las paredes vuelan, de repente el frio, el frio insoportable de la duda, del temor, de repente el calor, el amor, la confrontación, es un sí, es un soplo de vida en nuestro interior, cero….

Como se crea la vida? Como es posible que en nuestro vientre se suceda?
Increíble no? Es una maravilla, es una obra asombrosa de Dios, nos creó perfectas, un diseño exclusivo, diseñado para albergar vida en el útero, perfectas para ser el primer alimento del bebé, desde que están en el vientre se alimentan de nuestra placenta, luego de nuestros senos, luego de nuestro amor, luego de nuestros consejos y sabiduría, somos por medio de Dios su alimento.

Para esta increíble y asombrosa misión necesitamos entregar las cargas y todo lo que conlleva la llegada de un nuevo bebe al creador, quien lo puede conocer más que quien le da el soplo de vida? quien puede preservar su vida y la de la mamá en el parto sino el que venció a la muerte? Quien puede brindar el alimento que sacia para siempre sino la fuente de agua viva? Quien más? En el silencio, en el asombro, en medio de la duda, de la circunstancia, del temor, no hay otra salida, no hay a donde más mirar, solo a EL, solo a Dios, si fijamos nuestros ojos en EL todo saldrá bien, los planes de los que aman a cristo siempre son para bien.

Él no nos da nunca una carga mayor a la que podamos soportar, no pienses mamá jamás que es una carga que no puedes llevar, que eres joven, que no estas preparada, que no hay dinero, que tus logros, tus sueños, tu vida, no mamá, te presento el propósito perfecto, el diseño soñado de Dios…, que diferente no? Muy diferente a lo que te vende el mundo... cuando llegues al cielo Dios no te preguntará cuantos títulos has acumulado, ni cuánto dinero debajo del colchón tienes guardado, mucho menos vera tu curriculum vitare perfecto y lleno de logros, no mujer, Dios te preguntará por sus hijos, los hijos que dio en tus manos para que los cuidaras, alimentaras y formaras.

He encontrado varias mujeres en la biblia, con historias de fertilidad, a las que Dios ha escuchado y en medio de su clamor y su dolor, les ha concedido aquel preciado regalo de dar a luz, y no es dar a luz traer mil hijos al mundo, es dar a luz hombres nazareos, consagrados a Dios, hombres y mujeres con propósitos trascendentales en la obra de Dios, hombres y mujeres amados desde el momento cero.

El amor echa fuera todo temor, desde el momento cero, amalo, ama tu vientre, ama el soplo de vida de tu creador, ama, y si no sientes en tu corazón hacerlo, pide amor a la fuente inagotable de amor, a quien dio a su hijo ÚNICO por ti, por amor a ti, cual amor es superior a este? Ningún otro! Pégate de ese amor, cree y siéntete amada, EL te invadirá de amor y te saciara con amor inagotable para que ames y todo temor se irá.

Desde el momento cero, cuando empiezan a contar los latidos de su corazón, debemos bendecirlo, debemos entregarlo a Dios, debemos declarar victoria sobre la muerte, victoria sobre las maldiciones generacionales, victoria sobre el temor, victoria sobre la enfermedad, la sanidad, la libertad está en Jesús, desde el momento cero esa debe ser nuestra oración.

Nuestro ministerio como mamás es formar a las nuevas generaciones para que cumplan el propósito que Dios tiene para ellos, son prestados, como ya lo hemos visto en una entrada anterior, algún día volveremos a estar solos, tranquilos y felices, sobre todo felices por haber cumplido bien nuestra labor, y enviar al mundo  hijos seguros, bien formados, temerosos de Dios.

Ánimo, disfruta este momento cero, y empieza a contar hacia la felicidad, hacia las trasnochadas mejor premiadas, el llanto más impactante que jamás hayas oído, el dolor más absurdo que rompe tu alma con el mayor premio, tu valentía, tu valor como mujer, el cumplimiento de tu perfecto diseño, la mirada más penetrante, los besos más babosos y deliciosos, los abrazos más calurosos, las risas más emocionantes, comienza a contar... un, dos, un dos, un dos, un lindo vals comienza a sincronizarse entre el latir de tu vientre y el de tu propio corazón. 


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